La distribución y el desplazamiento de mercancías, entre el punto de producción y el de ventas, es un tema que todo productor debe considerar muy seriamente. La logística tiene que ver con este movimiento de mercancías y hay que considerar muchas cosas: el manejo de las mercancías, cómo y cuántas veces se manejan éstas, las formas de transporte, las transferencias de medios de transporte, el empaque y el tiempo en tránsito.
Todos estos factores tienen un gran peso cuando se trata de exportar.
El costo del manejo físico y el traslado de las mercancías no sólo es un costo en términos de flete; también depende del tiempo de tránsito, y el manejo repetido se refleja en costos causados por la descomposición y al robo, que tal vez reciba nombres como desperdicio y merma.
Es necesario adicionalmente dar una atención especial a las regulaciones legales para el uso de los contratos a nivel internacional.
En países como la Gran Bretaña, la única manera de que las mercancías se destinen al extranjero sin transferencia es por vía aéreo; pero esto ha cambiando con la apertura del Túnel del Canal de la Mancha, con tránsito por carretera y por ferrocarril, con lo que se aprovechar la facilidad y conveniencia para el envío a destinos directos sin transferencias. Las transferencias implican un manejo posterior de las mercancías y, por lo tanto, demoras y hasta el problema potencial de descomposición y pérdida.
Lo que busca el exportador es eficacia en el desplazamiento de las mercancías y no tanto en el manejo, así como el transporte de los productos al destino en el extranjero.
Más allá del puerto de entrada extranjero se tiene un mercado que debe conquistarse. Lo que importa el la forma en la que el consumidor recibe y percibe el producto. Si el producto llega roto, ¿qué tan buena es la respuesta de esta empresa para corregir el defecto o cambiar el producto?
Al consumidor no le importa ninguna otra consideración. Lo real es lo que encuentra el público. Las aspiraciones globales del productor o las teorías metafísicas sobre la internacionalización propuestas por los académicos no valen nada en comparación con esto.
El enfoque hacia el cliente es esencial, sin importar quién es o dónde se encuentra.