La tendencia se dirige hacia una economía mundial integrada. Las empresas están buscando o han desarrollado estrategias globales, diseñando sus productos para un mercado mundial y produciéndolos donde la materia prima, los componentes y la mano de obra pueden hallarse a bajo costo o simplemente pueden producirse localmente y venden a nivel internacional.
En cualquier caso, las lineas de suministros y de distribución se han ampliado si las comparamos con el productor que desea fabricar y vender sólo localmente. Esta tendencia no sólo ha ocurrido de manera natural en las empresas que buscan recortar costos o expandir mercados, sino que también ha sido animada por acuerdos políticos que promueven el comercio.
Ejemplos de estos últimos son la Unión Europea, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre Canadá, Estados Unidos y México, y los acuerdos económicos comerciales entre diversos países de América del Sur.
La globalización y la internalización de las industrias en todas partes depende en gran medida del desempeño y los costos logísticos, según las compañías vayan alcanzando una visión más a nivel mundial de sus operaciones.
Cuando esto ocurra, la logistica alcanzará creciente importancia dentro de la empresa, ya que sus costes, en especial los de transporte, llegarán a ser una parte mayoritaria de la estructura total de costos.