El transporte es uno de los eslabones más críticos en la cadena de suministro de la industria farmacéutica, sobre todo en las medicinas que requieren de cadena de frío, pues excederse de 48 horas en el tránsito, puede poner en riesgo su calidad, por lo que la logística es un aspecto fundamental.
Si hablamos de cadena de frío, cuando el producto es embarcado en contenedores o hieleras para que se conserve durante ciertas horas, el tiempo es un factor determinante, porque este tipo de contenedores sólo pueden proteger el producto por un periodo de 48 horas o un poco más dependiendo de su tipo, pero es ese el lapso que se tiene para entregar, acotando la conservación del producto a una ventana de horas, y de no ser entregado en ese periodo, podría verse afectado.
Aquellos medicamentos que se especializan en tratar enfermedades crónicas o degenerativas, requieren una temperatura de entre 2 y 8 grados centígrados. Por ello, no se pueden exponer al sol de manera directa, debe existir un flujo continuo hacia el destino final, hasta cierto punto es un riesgo hacer paradas durante el traslado de los medicamentos.
Esta situación constituye un reto para todo aquel que preste servicios a la industria. Una de las estrategias implementadas para garantizar la calidad y seguridad de los medicamentos es establecer alianzas con transportistas especializados en fármacos a fin de extender sus servicios, bajo los estándares y cuidados que la unidad de negocio maneja.
Para trabajar con una industria donde el cliente final resulta un paciente, es necesario que el proveedor logístico se convierta en una extensión del laboratorio, a fin de adaptar las prácticas, políticas y formas de trabajo como si ellos estuvieran haciendo la distribución.
