Las empresas con producción altamente estacional, conjuntamente con una razonable demanda constante, tienen el problema de coordinar la oferta con la demanda. Por ejemplo, las compañías alimenticias que producen verduras y frutas envasadas están obligadas a acumular la producción, para proveer el mercado durante la estación en la que no hay cultivos. Por lo contrario, aquellas empresas que tienen que suministrar un producto o servicio a una demanda estacional o incierta producen, en general, a un nivel constante durante todo el año, con el fin de minimizar los costos de producción y construir los inventarios necesarios para satisfacer la demanda durante una estación de ventas relativamente corta. Los aparatos de aire acondicionado domésticos y los equipos para quitar la nieve de las calles son algunos ejemplos. Cuando se hace demasiado costoso coordinar la oferta y la demanda con precisión, es necesario el almacenamiento.
Las consideraciones de las cotizaciones de los productos también pueden provocar la necesidad de almacenar. Aquellos materiales y productos que experimentan amplias oscilaciones en el precio de un momento a otro (cobre, acero y aceite) pueden animar a que una empresa compre estos productos básicos anticipándose a sus necesidades, con el fin de obtenerlos a precios más bajos. Por lo general se necesita el almacenamiento, pero su costo puede compensarse con el mejor precio que se obtiene de los productos básicos.